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Asma

10 de diciembre de 2022 by Busta Soft0
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Asma

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Se caracteriza por la aparición de episodios de dificultad respiratoria (crisis o ataques), generalmente asociados a otros síntomas como tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo. Los síntomas varían según la edad.

De esta manera, en los niños prevalece principalmente la tos, en especial durante la noche, mientras que en los adultos los tres principales síntomas son rigidez en el pecho, silbidos y fatiga en la noche.

En los últimos años se ha registrado una mayor prevalencia y un aumento progresivo de casos en niños y adolescentes, lo cual pone de manifiesto la necesidad de tomar medidas preventivas. La curación del asma solamente puede alcanzarse en algunos casos de asma alérgica o relacionada con el lugar de trabajo del paciente, siempre que se pueda evitar el agente causal.

Causas

  • Pólenes: Aunque la polinización se produce durante la primavera, existen variaciones según los climas y tipos de plantas. Los síntomas de la alergia al polen suelen detectarse con concentraciones superiores a 50 granos de polen por metro cúbico de aire. El pequeño tamaño del polen favorece que quede suspendido en el aire durante largo tiempo y recorra grandes distancias hasta penetrar en los conductos respiratorios.
  • Ácaros del polvo: Son parásitos microscópicos que viven en el polvo de las casas y se alimentan de escamas dérmicas y otros residuos. Necesitan unas condiciones precisas para desarrollarse: 25º C de temperatura y 85 por ciento de humedad.
  • Alimentos: Los episodios de asma relacionados con alimentos son frecuentes durante la infancia y van acompañados de otros síntomas como urticaria y vómitos, por lo que tienden a confundirse con intoxicaciones alimentarias. Los productos que mayores reacciones provocan son la leche, los huevos y el pescado. En la edad adulta este tipo de asma es menos frecuente.
  • Hongos: Algunos hongos producen alergenos que se depositan en sus esporas, y la liberación de éstas depende de la humedad, la temperatura y la existencia de materia orgánica en su entorno, como basuras o cortinas de baño. Las épocas más favorables para su desarrollo son la primavera y el otoño, y entre los más comunes destacan la alternaria, el cladosporium, el penicillium, el aspergillus y el mucor.

 Los síntomas más habituales son:

  1. Dificultad respiratoria.
  2. Ruidos torácicos sibilantes.
  3. Opresión torácica.
  4. Tos seca persistente.

Las causas que provocan el asma bronquial son:

  • Extrínsecas: Inicio en la infancia, con antecedentes familiares positivos para alergias y asociado con una hipersensibilidad tipo 1 y otras manifestaciones alérgicas (IgE), inducidas por agentes alérgenos como el polen, lana, polvo, etc., o contaminación atmosférica, materias irritantes, variaciones meteorológicas, aspergilosis y otros.
  • Intrínsecas o idiopática: Por lo general, comienza en mayores de 35 años y sin antecedentes personales ni familiares. Se inicia por estímulos no inmunológicos, sin elevar IgE, representados por microbios, hongos, tos, trastornos psíquicos, estrés, etc.
  • Mixtas: Combinación con frecuencia de naturaleza bacteriana de factores intrínsecos y extrínsecos.
  • Humo del tabaco: Las sustancias que se encuentran en algunos lugares de trabajo también pueden desencadenar los síntomas de asma, lo que lleva al asma ocupacional. Los desencadenantes más comunes son el polvo de la madera, el polvo de los granos, la caspa animal, los hongos o los químicos.

¿Quién puede padecer asma?

  • Aunque el asma puede aparecer a cualquier edad, es más común que debute en la infancia, edad en la que suele estar asociado a un componente alérgico.
  • Se asocian a la aparición de asma infantil los antecedentes de asma y tabaquismo en los padres, sobre todo en la madre.
  • En adultos es más común la asociación con sinusitis, pólipos nasales y sensibilidad a la aspirina o anti-inflamatorios relacionados con la aspirina.
  • También es habitual la inflamación bronquial, con la consiguiente hiperreactividad, en relación con ciertas exposiciones ocupacionales (polvo de madera, metales, compuestos orgánicos, resinas plásticas, etc.).

Los ataques de asma graves pueden poner en riesgo la vida. Colabora con el médico para determinar qué hacer cuando los signos y síntomas empeoran, y cuándo necesitarás tratamiento de urgencia. Los signos de urgencia por asma comprenden:

  • Empeoramiento rápido de la dificultad para respirar o de las sibilancias
  • Falta de mejora, incluso después de usar un inhalador de alivio rápido
  • Falta de aire cuando haces la mínima actividad física

Consulta con el médico

Si crees que tienes asma. Si tienes tos o silbido del pecho al respirar frecuente que dura más de algunos días o si tienes cualquier otro signo o síntoma de asma, ve a ver al médico. Tratar el asma antes de tiempo puede prevenir daño pulmonar a largo plazo y ayudar a evitar que la afección empeore con el paso del tiempo.

Para controlar el asma después del diagnóstico. Si sabes que tienes asma, colabora con tu médico para controlarla. Un buen control a largo plazo ayuda a que te sientas mejor en el día a día y puede prevenir ataques de asma que ponen en riesgo la vida.

Si empeoran los síntomas del asma. Comunícate con el médico de inmediato si te parece que los medicamentos no están aliviando los síntomas o si necesitas usar el inhalador de alivio rápido con mayor frecuencia.

Desencadenantes del asma

La exposición a varios irritantes y a sustancias que desencadenan alergias (alérgenos) puede provocar signos y síntomas de asma. Los desencadenantes del asma varían de una persona a otra y pueden incluir los siguientes:

  1. Alérgenos aerotransportados, como el polen, los ácaros del polvo, las esporas de moho, la caspa de animales o las partículas de residuos de cucarachas
  2. Infecciones respiratorias, como un resfriado común
  3. Actividad física
  4. Aire frío
  5. Contaminantes del aire e irritantes, como el humo
  6. Ciertos medicamentos, incluidos los betabloqueadores, la aspirina y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el naproxeno sódico (Aleve)
  7. Emociones fuertes y estrés
  8. Sulfitos y conservantes añadidos a algunos tipos de alimentos y bebidas, entre ellos, camarones, frutas deshidratadas, papas procesadas, cerveza y vino
  9. Enfermedad por reflujo gastroesofágico, un trastorno en el que los ácidos estomacales se acumulan en la garganta

 

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