Diverticulitis

Diverticulitis
La diverticulitis es una afección inflamatoria o infecciosa que afecta los divertículos, pequeñas bolsas o sacos que pueden formarse en la pared del colon, principalmente en el colon sigmoide. Cuando estos divertículos se inflaman o se infectan, surge la diverticulitis, una de las complicaciones más frecuentes de la enfermedad diverticular del colon. Esta patología puede variar desde cuadros leves y autolimitados hasta presentaciones graves que requieren intervención quirúrgica.
Síntomas
Los síntomas de la diverticulitis pueden variar en intensidad y presentación, pero los más comunes incluyen:
Dolor abdominal, generalmente en el cuadrante inferior izquierdo.
Fiebre y escalofríos.
Náuseas y vómitos.
Cambios en el hábito intestinal, como estreñimiento o diarrea.
Sensibilidad abdominal a la palpación.
En casos graves, signos de peritonitis como rigidez abdominal.
En ocasiones, los síntomas pueden ser leves y confundirse con otros trastornos digestivos, lo que dificulta el diagnóstico inicial.
Causas
La causa principal de la diverticulitis es la inflamación o infección de uno o varios divertículos. Esto suele ocurrir cuando el contenido fecal o bacterias quedan atrapados en los divertículos, provocando una respuesta inflamatoria local. Factores que contribuyen al desarrollo de los divertículos incluyen:
Dieta baja en fibra, que aumenta la presión intraluminal del colon.
Envejecimiento, ya que la elasticidad de la pared intestinal disminuye.
Alteraciones en la motilidad colónica.
Predisposición genética.
Tipos
La diverticulitis se clasifica principalmente en dos tipos:
Diverticulitis no complicada
Se caracteriza por inflamación localizada sin evidencia de complicaciones como abscesos, perforación o peritonitis. La mayoría de los casos pertenecen a este grupo y suelen responder bien al tratamiento médico.
Diverticulitis complicada
Incluye la presencia de abscesos, fístulas, obstrucción intestinal, perforación del colon o peritonitis. Estos casos requieren una atención médica más intensiva y, a menudo, intervención quirúrgica.
Diagnóstico
El diagnóstico de la diverticulitis se basa en la combinación de la historia clínica, el examen físico y estudios complementarios. Los pasos más habituales incluyen:
Exploración física, enfocándose en la sensibilidad abdominal.
Análisis de sangre, que pueden mostrar leucocitosis y marcadores de inflamación elevados.
Tomografía computarizada (TC) abdominal, considerada el método de elección para confirmar el diagnóstico, evaluar la extensión y descartar complicaciones.
Ecografía abdominal, útil en algunos casos, especialmente en pacientes jóvenes o embarazadas.
Colonoscopia, que se realiza habitualmente después de la resolución del cuadro agudo para descartar otras patologías.
Tratamiento
El tratamiento depende de la gravedad de la diverticulitis:
Diverticulitis no complicada:
Reposo intestinal (dieta líquida o baja en residuos).
Antibióticos orales dirigidos a bacterias anaerobias y gramnegativas.
Analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor.
Evolución ambulatoria en la mayoría de los casos.
Diverticulitis complicada:
Hospitalización.
Antibióticos intravenosos.
Drenaje percutáneo de abscesos si es necesario.
Cirugía en casos de perforación, peritonitis, obstrucción o fracaso del tratamiento médico.
Prevención
La prevención de la diverticulitis se basa en la adopción de hábitos saludables que disminuyan el riesgo de formación y complicación de los divertículos:
Dieta rica en fibra (frutas, verduras, cereales integrales) para facilitar el tránsito intestinal y reducir la presión en el colon.
Hidratación adecuada.
Ejercicio físico regular.
Evitar el uso excesivo de laxantes.
Mantener un peso saludable.
Evitar el tabaquismo.
Factores de riesgo
Existen varios factores que aumentan la probabilidad de desarrollar diverticulitis:
Edad avanzada, especialmente a partir de los 50 años.
Dieta baja en fibra y alta en grasas animales.
Sedentarismo.
Obesidad.
Tabaquismo.
Consumo excesivo de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
Antecedentes familiares de enfermedad diverticular.
Complicaciones
La diverticulitis puede presentar complicaciones, especialmente si no se trata adecuadamente o si el cuadro es severo:
Absceso pericólico o a distancia.
Perforación del colon, que puede llevar a peritonitis.
Fístulas, generalmente entre colon y vejiga (colovesical) o colon y vagina (colovaginal).
Obstrucción intestinal por inflamación o fibrosis.
Hemorragia digestiva, aunque es más común en la enfermedad diverticular sin inflamación.
Pronóstico
El pronóstico de la diverticulitis depende de la severidad del episodio y de la presencia de complicaciones. La mayoría de los pacientes con diverticulitis no complicada se recuperan completamente con tratamiento médico y cambios en el estilo de vida. Sin embargo, los casos complicados pueden requerir cirugía y presentan mayor riesgo de recurrencias y secuelas. La recurrencia es posible, pero suele ser menos grave que el primer episodio. Un seguimiento adecuado y la adopción de medidas preventivas son fundamentales para mejorar el pronóstico y reducir el riesgo de nuevos episodios.
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