Migraña

Migraña
Es un tipo de dolor de cabeza que puede ocurrir con síntomas como náuseas, vómitos o sensibilidad a la luz y al sonido. En muchas personas, se siente un dolor pulsátil únicamente en un lado de la cabeza.
Causas de la migraña
Los ataques de migraña también pueden desencadenarse por cualquiera de las siguientes razones:
- Abstinencia de cafeína
- Cambios en los niveles hormonales durante el ciclo menstrual de las mujeres o con el uso de píldoras anticonceptivas
- Cambios en los patrones del sueño, como no dormir lo suficiente
- Tomar alcohol
- Ejercicio u otro estrés físico
- Ruidos fuertes o luces brillantes
- Pasar por alto comidas
- Olores y perfumes
- Fumar o exposición al humo
- Estrés y ansiedad
Síntomas
No se dispone de ninguna prueba de laboratorio que sea útil para el diagnóstico de la migraña, aunque, debido a su patrón específico del dolor, suele resultar fácil identificarla. Alrededor del 20 por ciento de las personas manifiestan síntomas de depresión, irritabilidad, inquietud, náuseas o falta de apetito, que aparecen unos 10 o 30 minutos antes de iniciarse el dolor de cabeza (período denominado aura o pródromo).
Un porcentaje similar de personas pierde la visión en un área específica (denominado punto ciego o escotoma), o perciben luces dispersas o centelleantes; con menos frecuencia sufren una distorsión de las imágenes, como, por ejemplo, cuando los objetos parecen más pequeños o más grandes de lo que en realidad son. Algunas personas experimentan sensaciones de hormigueo o, con menor frecuencia, debilidad en un brazo o pierna. Es habitual que estos síntomas desaparezcan poco antes de iniciarse la cefalea, pero a veces se mezclan con el dolor.
¿Cómo se diagnostica la migraña?
El diagnóstico es esencialmente clínico. El médico puede diagnosticar este problema a partir de las preguntas realizadas al paciente y un examen físico que permita determinar si los dolores de cabeza están provocados por tensión muscular, problemas de sinusitis o un trastorno cerebral. En ocasiones, por tanto, puede ser necesario realizar una tomografía computarizada (TAC) o resonancia magnética del cerebro.
En todo caso, este tipo de jaquecas no son producto de un tumor cerebral u otro problema de salud serio.
Tratamiento
Aunque no existe cura específica para la migraña, este tipo de dolor de cabeza sí se puede tratar y controlar, por lo que el enfermo no debe dudar en recurrir al profesional sanitario. En general, el tratamiento puede estar dirigido tanto a mitigar los síntomas del ataque de migraña como a prevenir las crisis o los factores desencadenantes.
- Tratamiento de la crisis. Debe iniciarse cuando se perciba el aura o el comienzo del dolor, ya que el tratamiento precoz del episodio es primordial para poder pararlo. Incluye:
Alejarse o eliminar los estímulos que provocan la crisis o que son molestos, como la luz, el ruido o el movimiento.
Eliminar el dolor con medicamentos como la aspirina (ácido acetilsalicílico), el nolotil (metamizol) o los antiinflamatorios no esterioideos (AINE’s) como el ibuprofeno, el naproxeno o el ketoprofeno. Se suelen tomar por vía oral o, en caso de vómitos, existe presentación en supositorio. En cualquier caso, la toma de este tipo de medicamentos deberá estar indicada por el médico.
No obstante, las crisis generalmente sólo ceden con medicación específica. Si el dolor de cabeza no cede con los anteriores fármacos, se pueden usar otros específicos para la migraña como los triptanes (sumatriptan, zolmitriptan…) o la ergotamina, también bajo prescripción. Hay que tener en cuenta que cada crisis y cada paciente son diferentes, y por lo tanto, pueden requerir tratamientos distintos. Así mismo, el tratamiento también puede variar según las enfermedades base de cada paciente, de sus síntomas asociados y de sus experiencias previas.
Estos tratamientos suelen resultar muy efectivos, y cuando fracasan suele ser, bien porque se ha tomado un fármaco de eficacia insuficiente, o bien por la elección de una vía de administración inadecuada (por ejemplo, oral en pacientes con vómitos). Así pues, la correcta indicación y toma de la medicación resulta fundamental en el manejo de las crisis.
- Tratamiento de otros síntomas acompañantes. Además, si se asocian síntomas digestivos, es necesario administrar precozmente un tratamiento para ello (antieméticos, procineticos,etc.). Por ejemplo, existen medicamentos para tratar las náuseas y los vómitos, como la metoclopramida (Primperan).
- Tratamiento preventivo. Para evitar el abuso de medicación durante las crisis, se suele recurrir al tratamiento preventivo si el paciente sufre migrañas durante 10 días o más al mes. Su objetivo es prevenir las crisis en aquellas personas con ataques habituales o de larga duración y que causen incapacidad para desarrollar las actividades habituales, reduciendo su frecuencia a la mitad.
El primer paso para realizar un tratamiento profiláctico adecuado es el correcto diagnóstico de la migraña, tras el cual podrán utilizarse beta bloqueantes (propaonolol, atenolol…), antidepresivos, anticomiciales para las crisis convulsivas y calcio-antagonistas. La dosis necesaria de tratamiento preventivo ha de alcanzarse de forma progresiva.
Al igual que en el caso de la medicación para las crisis, se trata de tratamientos muy efectivos, y su principal causa de ineficacia es la falta de cumplimiento del mismo. Hay que tener en cuenta que el tratamiento preventivo puede tardar un mes y medio en mostrar su eficacia y, como normal general, ha de mantenerse un mínimo de 3 meses y un máximo de 9-12 meses.
¿Quién puede desarrollar migrañas?
Si tienes migrañas, no estás solo. Hasta el 10% de los adolescentes y adultos jóvenes de EE. UU. tienen migrañas. Y, a partir de los 12 años de edad, es decir, durante la pubertad y después de la pubertad, las migrañas afectan a las muchachas el doble de veces que a los muchachos.
Los expertos creen que la tendencia a tener migrañas viene de familia. Si tu padre o tu madre tiene migrañas, eres más proclive a tener este tipo de dolor de cabeza que las personas sin antecedentes familiares de migrañas.