Peritonitis

Peritonitis
La peritonitis es una afección médica caracterizada por la inflamación del peritoneo, una membrana serosa que recubre la cavidad abdominal y los órganos que contiene. Esta inflamación suele ser provocada por la invasión de microorganismos patógenos, como bacterias y hongos, que acceden al espacio peritoneal por diversas vías. La peritonitis puede comprometer gravemente la función de los órganos abdominales y desencadenar una respuesta sistémica que pone en peligro la vida del paciente si no se trata de manera inmediata.
Síntomas
Los síntomas de la peritonitis pueden variar en intensidad y presentación, pero suelen ser evidentes y alarmantes. Entre los más frecuentes se encuentran:
Dolor abdominal difuso o localizado, que se intensifica con el movimiento
Abdomen tenso, con sensación de rigidez o defensa muscular
Fiebre persistente, que puede superar los 38.5 °C
Náuseas acompañadas de vómitos recurrentes
Sensación de malestar general y debilidad
Respiración acelerada y superficial
Palpitaciones o taquicardia
Sudoración profusa
Alteración del estado de conciencia en casos avanzados
Hipotensión arterial en etapas críticas
Estos síntomas reflejan una inflamación activa y la posible progresión hacia un cuadro de septicemia si no se interviene con rapidez.
Causas
La peritonitis puede tener múltiples causas, dependiendo del contexto clínico del paciente. Algunas de las más relevantes son:
Perforación de vísceras huecas como el intestino delgado, colon o vesícula biliar, que permite el paso de contenido contaminado al peritoneo
Infección del líquido peritoneal en pacientes con ascitis, especialmente en aquellos con hepatopatías crónicas
Introducción de gérmenes durante procedimientos médicos invasivos, como la diálisis peritoneal
Ruptura de abscesos intraabdominales o pélvicos
Complicaciones de enfermedades ginecológicas como la endometriosis o infecciones del aparato reproductor
Traumatismos penetrantes en la región abdominal
Tipos
La clasificación de la peritonitis permite entender mejor su origen y evolución. Los principales tipos son:
Peritonitis espontánea: ocurre sin una fuente clara de contaminación intraabdominal, común en pacientes con ascitis secundaria a cirrosis hepática.
Peritonitis secundaria: se produce como consecuencia de una lesión estructural en los órganos abdominales, como perforaciones, necrosis o infecciones graves.
Peritonitis postoperatoria: aparece tras una intervención quirúrgica abdominal, ya sea por contaminación durante el procedimiento o por complicaciones posteriores.
Peritonitis química: causada por sustancias irritantes como bilis, sangre o jugo pancreático que ingresan al peritoneo sin infección inicial, pero que pueden predisponer a una infección secundaria.
Diagnóstico
El diagnóstico de la peritonitis requiere una evaluación clínica minuciosa y el uso de herramientas complementarias. El proceso incluye:
Exploración física del abdomen para detectar signos de irritación peritoneal, como dolor a la palpación o rigidez
Análisis de sangre que revelan leucocitosis, elevación de proteína C reactiva y alteraciones en la función renal o hepática
Paracentesis diagnóstica en pacientes con ascitis, para analizar el líquido peritoneal y realizar cultivos
Estudios de imagen como ecografía, radiografía o tomografía computarizada, que permiten identificar perforaciones, colecciones líquidas o abscesos
Evaluación del estado general del paciente para determinar la gravedad del cuadro y la necesidad de hospitalización urgente
Tratamiento
El tratamiento de la peritonitis debe ser inmediato y multidisciplinario. Las principales medidas terapéuticas incluyen:
Administración de antibióticos de amplio espectro por vía intravenosa, ajustados posteriormente según los resultados de los cultivos
Intervención quirúrgica para reparar la causa subyacente, como cerrar una perforación o drenar un absceso
Drenaje percutáneo guiado por imagen en casos de colecciones localizadas
Reposición de líquidos y electrolitos para estabilizar al paciente y prevenir el shock
Monitoreo en unidad de cuidados intensivos en casos de peritonitis grave o con compromiso sistémico
Suspensión temporal de la diálisis peritoneal si esta es la causa, y cambio a hemodiálisis si es necesario
Prevención
La prevención de la peritonitis se basa en la identificación de factores de riesgo y la implementación de medidas de control. Algunas estrategias eficaces son:
Capacitación adecuada de pacientes y cuidadores en técnicas de diálisis peritoneal domiciliaria
Tratamiento precoz de enfermedades gastrointestinales que puedan derivar en perforaciones
Control riguroso de infecciones en pacientes con ascitis o inmunosupresión
Uso de antibióticos profilácticos en cirugías de alto riesgo
Vigilancia estrecha en el postoperatorio de intervenciones abdominales
Educación sanitaria sobre signos de alarma y la importancia de acudir al médico ante síntomas sospechosos
Factores de riesgo
Diversos factores aumentan la probabilidad de desarrollar peritonitis. Entre los más relevantes se encuentran:
Enfermedades hepáticas crónicas con acumulación de líquido en la cavidad abdominal
Diálisis peritoneal como tratamiento renal sustitutivo
Intervenciones quirúrgicas recientes en el abdomen
Enfermedades inflamatorias intestinales como colitis ulcerosa o diverticulitis
Edad avanzada, que puede dificultar la respuesta inmunológica
Uso prolongado de inmunosupresores o quimioterapia
Diabetes mellitus mal controlada
Malnutrición o estados de debilidad general
Complicaciones
La peritonitis puede desencadenar complicaciones graves si no se trata de forma adecuada y oportuna. Algunas de ellas son:
Diseminación de la infección al torrente sanguíneo, provocando septicemia
Fallo multiorgánico, con afectación de riñones, pulmones, hígado y corazón
Formación de abscesos intraabdominales que requieren drenaje quirúrgico
Adherencias peritoneales que pueden causar obstrucción intestinal crónica
Necesidad de múltiples intervenciones quirúrgicas
Prolongada estancia hospitalaria y recuperación lenta
Muerte, especialmente en pacientes con comorbilidades o diagnóstico tardío
Pronóstico
El pronóstico de la peritonitis depende de la causa, la rapidez del diagnóstico, el estado general del paciente y la eficacia del tratamiento. En casos leves o tratados precozmente, la recuperación puede ser completa. Sin embargo, en pacientes con enfermedades crónicas, inmunodeprimidos o con peritonitis secundaria complicada, el riesgo de complicaciones y mortalidad aumenta significativamente. La clave para mejorar el pronóstico radica en la detección temprana, el abordaje integral y el seguimiento médico adecuado durante la recuperación.
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