¿Qué es la poliomielitis (polio)?

¿Qué es la poliomielitis (polio)?
La poliomielitis es una enfermedad muy contagiosa causada por tres tipos de poliovirus. El poliovirus es un virus reconocido principalmente por destruir el sistema nervioso causando parálisis. Según los CDC, la mayoría de personas infectadas con polio, no tienen síntomas y algunas tienen síntomas leves. De las personas que adquieren la infección, el uno por ciento o menos pueden llegar a desarrollar parálisis. Desde la llegada de la vacuna contra la polio en 1955, las infecciones por el poliovirus han sido casi erradicadas. En los EE.UU., no ha habido casos conocidos, infecciosas o “salvajes”, de la poliomielitis desde 1979.
¿Cuáles son los síntomas de la poliomielitis?
Las infecciones del poliovirus pueden mostrar síntomas en grados diversos de severidad. Cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente. La mayoría de individuos (90 a 95%) no tienen síntomas. A esto se le conoce como infección asintomática. Se discutirán otras tres categorías de infección de polio:
Poliomielitis abortiva. Un curso leve y corto de la infección con uno o más síntomas: fiebre (hasta 103°F o 39.4° C), apetito disminuido, náuseas y/o vómitos, dolor de garganta, malestar general (no sentirse bien), estreñimiento o dolor abdominal.
Poliomielitis no paralizante. Los síntomas de la poliomielitis no paralizante incluyen los síntomas de la poliomielitis abortiva, pero la cefalea, náuseas y vómitos pueden ser peores. Además, los síntomas pueden incluir que el niño se sienta enfermo durante un par de días, y luego parece mejorar antes de enfermarse de nuevo con dolor muscular en el cuello, tronco, brazos y piernas y rigidez en el cuello y a lo largo de la columna.
Poliomielitis paralizante. Los síntomas de la poliomielitis paralizante incluyen los síntomas de la poliomielitis no paralizante y la abortiva. Además, los síntomas pueden incluir debilidad muscular generalizada, estreñimiento severo, pérdida muscular, respiración debilitada, dificultad para tragar, tos débil, piel manchada y enrojecida, voz ronca, parálisis de la vejiga, parálisis muscular, irritabilidad o pobre control del temperamento, babeo y distensión abdominal. La mayoría de personas que desarrollan parálisis eventualmente recuperarán su fuerza y algunas volverán a lo normal. Un pequeño porcentaje muere.
Causas
El virus de la poliomielitis puede transmitirse por contacto directo con una persona infectada o, con menor frecuencia, a través de agua y alimentos contaminados. Los portadores del virus de la poliomielitis pueden propagarlo durante semanas en las heces. Las personas que tienen el virus pero que no tienen síntomas pueden transmitirles el virus a otros.
Diagnóstico de la poliomielitis
Análisis de una muestra de heces o secreciones de la garganta
Análisis de sangre
Punción lumbar
La poliomielitis abortiva se asemeja a otras infecciones víricas y por lo general no se diagnostica a menos que se produzca durante una epidemia de polio.
Se sospecha poliomielitis no paralítica en personas que presentan síntomas similares a la gripe y rigidez en el cuello y/o en la espalda.
Se sospecha poliomielitis paralítica en personas que presentan parálisis o debilidad muscular o de las extremidades.
El diagnóstico de la poliomielitis no paralítica o de la poliomielitis paralítica se confirma identificando el poliovirus en un análisis fecal o en una muestra faríngea o al detectar en la sangre una alta concentración de anticuerpos contra el virus.
¿Cómo se trata la poliomielitis?
La poliomielitis no tiene cura, pero los tratamientos pueden ayudar a controlar sus síntomas. Los casos leves se suelen tratar con reposo y abundante consumo de líquidos.
Aquellas personas que tengan dolor muscular tomarán medicamentos para aliviar el dolor y harán fisioterapia para poder seguir moviendo los músculos. Si se vieran afectados los músculos que participan en la respiración, los pacientes pueden necesitar la ayuda de un respirador mecánico (una máquina que ayuda a respirar). El respirador desplaza el aire hacia dentro y hacia afuera de los pulmones hasta que la persona sea capaz de respirar por sí sola.
Medidas preventivas
La poliomielitis no tiene curación, el mejor tratamiento es preventivo, mediante la vacunación.
Hasta 1988, la poliomielitis se encontraba extendida por todo el mundo. Como resultado de la iniciativa global de la erradicación de la poliomielitis por parte de la OMS, la enfermedad se ha eliminado en muchas partes del mundo. De las seis regiones geopolíticas de la OMS, la poliomielitis se ha suprimido de América (1991), y de Europa (1998). Actualmente, la poliomielitis sigue siendo una amenaza en más de 30 países en las siguientes regiones: África (con la concentración más alta), Mediterráneo Este y Asia Sur-Oriental. Aunque el poliovirus salvaje (forma natural del virus, no el atenuado que contiene la vacuna) está casi ausente en África meridional y del este y ha declinado en África occidental, esos países poseen una circulación intensa del virus. Los niños y adultos que no están vacunados deben recibir la inmunización completa contra la poliomielitis (tres dosis de IPV) antes de viajar a las áreas donde la poliomielitis supone todavía un riesgo.
La polio puede ser erradicada porque:
Sólo afecta a humanos, no hay un reservorio animal.
Existe una vacuna eficaz, segura y barata.
La inmunidad es duradera para toda la vida.
No hay portadores a largo plazo.
El virus sólo sobrevive en el ambiente durante un período corto de tiempo.
El plan para la erradicación de la poliomielitis tiene que tener tres desafíos principales:
Acceso: Asegurando el acceso a todos los niños, especialmente en países afectados por un conflicto.
Financiamiento: Se deben asegurar los recursos financieros necesarios para comprar la vacuna oral de la poliomielitis (OPV), para poner en marcha el plan y poder hacer frente a los coste que supone la vigilancia de los casos y del laboratorio. La ayuda financiera externa total que se necesita para poder erradicar la enfermedad en el año 2005 es de 1 mil millones $.
Comisión política.
Ningún niño, sin importar la raza, el sexo, la pertenencia étnica, el estado económico o la creencia religiosa, debe sufrir esta enfermedad.
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