Hacerse chequeos regulares. Muchos de los riesgos para nuestro corazón no producen habitualmente síntomas: las personas que tienen un aumento del colesterol, del azúcar o de la presión arterial, especialmente en sus fases iniciales, son asintomáticas, es decir, desconocen esos riesgos hasta que es demasiado tarde. Por esta razón, una visita anual al médico y una analítica pueden ser suficientes para conocer tu estado de salud y aplicar las medidas necesarias.