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Artrosis

27 de enero de 2021 by Eiler F Bustamante0
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¿Qué es la artrosis?

La artrosis es una enfermedad reumática crónica que lesiona el cartílago articular. Se produce fundamentalmente en las manos, las rodillas, la cadera y la columna cervical y lumbar. Provoca dolor y rigidez e impide que se puedan realizar con normalidad algunos movimientos tan cotidianos como cerrar la mano, subir escaleras o caminar.

Las articulaciones son los componentes del esqueleto que permiten la conexión entre dos huesos (como, por ejemplo, el codo, la rodilla, la cadera, etc.) y, por lo tanto, el movimiento. El cartílago es el tejido encargado de recubrir los extremos de estos huesos y es indispensable para el buen funcionamiento de la articulación, puesto que actúa como un amortiguador.

Causas

No se conocen con exactitud las causas que producen la artrosis, pero existen algunos factores de riesgo asociados a su aparición:

  1. Edad: aumenta de forma exponencial a partir de los 50 años. “Es una enfermedad que tendremos todos si alcanzamos una edad avanzada”, resalta Ana Sánchez Atrio, jefa de Sección de Reumatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares (Madrid).
  2. Sexo: afecta sobre todo a mujeres mayores de 50-55 años.
  3. Genética: esta enfermedad reumática no es hereditaria, pero sí tiene un componente de riesgo genético que, junto con otros factores, puede hacer que aparezca con más facilidad en los sujetos que tienen una historia familiar.
  4. Actividad laboral: la repetición de los movimientos articulares puede llevar, a largo plazo, a la sobrecarga articular. Por eso, determinadas actividades laborales (peluqueras, albañiles, etc.), pueden provocar la aparición de artrosis.
  5. Lesiones deportivas: los deportistas de élite tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. En concreto, los antecedentes traumáticos (por ejemplo, lesiones deportivas que causan traumatismos) incrementan muy significativamente la probabilidad de padecerla.
  6. El sedentarismo: la falta de ejercicio físico incrementa el riesgo de padecer artrosis.
  7. Menopausia: la disminución de los niveles de estrógenos que se produce con la llegada de la menopausia es uno de los factores de riesgo para su desarrollo.
  8. Obesidad: La obesidad influye tanto en el riesgo de desarrollar artrosis como en el empeoramiento de los síntomas.

Origen

Esta enfermedad reumática no es hereditaria, pero sí tiene un componente de riesgo genético que, junto con otros factores, puede hacer que aparezca con más facilidad en los sujetos que tienen una historia familiar. Es importante conocer esto y conocer también que factores de riesgo como la obesidad, la falta de ejercicio físico o las alteraciones en la postura influyen en el desarrollo de la enfermedad y modificarlos está al alcance del propio paciente tanto para prevenir o retrasar los síntomas como para favorecer al tratamiento.

Tipos de artrosis según la zona afectada

  • Artrosis de cadera
  • Artrosis cervical
  • Artrosis lumbar
  • Artrosis de mano
  • Artrosis de rodilla

 Los síntomas más habituales son:

  • Dolor articular.
  • Deformidad articular.
  • Inflamación en las articulaciones.

¿Cómo se diagnostica la artrosis?

  • No existen alteraciones de laboratorio específicas de la artrosis ni marcador alguno que permita hacer un diagnóstico o seguimiento de la enfermedad.
  • Sin embargo, se están investigando nuevos marcadores de respuesta al tratamiento que probablemente se puedan utilizar en los próximos años. Existe también un test genético que analiza los principales genes asociados a la artrosis avanzada de rodilla y permite instaurar un tratamiento más precoz.
  • A la exploración física, pueden observarse deformidades articulares, por aumento del componente óseo y capsular y limitación de la movilidad con dolor a la presión, chasquidos y crepitación de la articulación.
  • El crecimiento de los extremos de los huesos que forman la articulación puede hacer que la articulación se agrande y ensanche.
  • La radiología en las fases iniciales puede ser normal, aunque lo más típico es observar un estrechamiento de espacio articular asociado a esclerosis subcondral, aparición de osteofitos marginales (prominencias óseas), quistes y anormalidades del contorno óseo.

¿Cómo se trata la artrosis?

El objetivo del tratamiento es aliviar el dolor y el mantenimiento de la capacidad funcional

Las terapias actualmente disponibles son:

  • Tratamiento no farmacológico: la fisioterapia, el ejercicio aeróbico (natación, paseo).
  • Tratamiento farmacológico: como primera opción, el paracetamol. Como antiinflamatorios no esteroideos se tiende a emplear los inhibidores de la COX-2 (celecoxib y rofecoxib). En algunos momentos pueden ser otros analgésicos como el tramadol o la codeína.
  • El sulfato de glucosamina y el condroitín sulfato estimulan la síntesis de matriz extracelular del cartílago y parece que ejercen un control moderado sobre el dolor articular, si bien los estudios realizados no muestran resultados totalmente definitivos. Los corticoides intraarticulares pueden ser eficaces en casos puntuales.
  • El ácido hialurónico y los factores de crecimiento plaquetario intra-articulares sirven para tratar aquellos pacientes con una artrosis refractaria al tratamiento médico al tener un efecto analgésico-antiinflamatorio y protector del tejido.

La artrosis se clasifica como:

Primaria: La artrosis se clasifica como primaria (o idiopática) cuando la causa es desconocida (como sucede en la gran mayoría de los casos). La artrosis primaria puede afectar solo a ciertas articulaciones, como la rodilla, o a muchas de ellas.

Secundaria: En la artrosis secundaria la causa es otra enfermedad o patología, como:

  • Una infección
  • Una anomalía articular congénita
  • Una lesión
  • Un trastorno metabólico, por ejemplo, el exceso de hierro en el organismo (hemocromatosis) o el exceso de cobre en el hígado (enfermedad de Wilson)
  • Un trastorno que ha lesionado el cartílago articular, por ejemplo, la artritis reumatoide o la gota
  • Presentan un riesgo especial de artrosis algunas personas que fuerzan repetidamente una articulación o un grupo de articulaciones, como los obreros de fundición, los granjeros, los mineros del carbón y los conductores de autobús. El principal factor de riesgo para la artrosis de rodilla es dedicarse a una ocupación que implique flexionar con frecuencia la articulación. Curiosamente, los corredores de larga distancia no tienen un riesgo mayor de desarrollar este trastorno, sin embargo, cuando la artrosis ya se ha desarrollado, este tipo de ejercicio la empeora con frecuencia. La obesidad puede ser uno de los principales factores en el desarrollo de la artrosis, en particular en la rodilla y especialmente en las mujeres.

 


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