Leucemia
Leucemia
La leucemia es el cáncer de los tejidos que forman la sangre en el organismo, incluso la médula ósea y el sistema linfático.
Tipos de leucemia
Los principales tipos de leucemia son:
Leucemia linfocítica aguda. Este es el tipo más frecuente de leucemia en niños jóvenes. La leucemia linfocítica aguda también puede afectar a los adultos.
Leucemia mielógena aguda. La leucemia mielógena aguda es un tipo de leucemia frecuente. Afecta a niños y a adultos. La leucemia mielógena aguda es el tipo más frecuente de leucemia aguda en adultos.
Leucemia linfocítica crónica. Si tienes leucemia linfocítica crónica, la leucemia crónica más frecuente en adultos, es posible que te sientas bien durante años sin necesitar tratamiento.
Leucemia mielógena crónica. Este tipo de leucemia afecta principalmente a adultos. Una persona que padece leucemia mielógena crónica tiene pocos síntomas o ninguno durante meses o años antes de ingresar a una fase en la que las células de la leucemia crecen más rápido.
Otros tipos. Existen otros tipos de leucemia poco frecuentes, como la leucemia de células pilosas, los síndromes mielodisplásicos y los trastornos mieloproliferativos.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la leucemia?
Las personas con leucemia pueden tener más infecciones virales o bacterianas que otros niños. Esto ocurre porque sus glóbulos blancos no pueden combatir las infecciones.
También pueden desarrollar anemia, que es cuando la cantidad de glóbulos rojos es demasiado baja. Esto ocurre porque las células de la leucemia saturan la médula ósea, lo que impide que la médula ósea fabrique una cantidad normal de glóbulos rojos encargados de trasportar oxígeno.
Los pacientes con anemia pueden:
Estar pálidos
Estar muy cansados, débiles o faltarles el aliento mientras realizan alguna actividad física
Tener facilidad para que se les formen moretones, tener muchas hemorragias nasales, o sangrar durante mucho tiempo después de hacerse un corte sin importancia
Otros síntomas de la leucemia son los siguientes:
Dolor óseo y/o articular, que a veces causa renguera (cojera)
Ganglios linfáticos inflamados en el cuello, la ingle u otras partes del cuerpo
Falta de apetito y pérdida de peso
Fiebre no asociada a otros síntomas
Dolor abdominal
A veces, la leucemia se puede extender, o formar metástasis. Si se extiende y afecta al cerebro, sus síntomas pueden incluir dolores de cabeza, convulsiones, problemas de equilibrio o problemas en la vista. Si se extiende y afecta a los ganglios linfáticos del pecho, los síntomas pueden incluir problemas para respirar y dolor de pecho.
¿Qué la causa?
Solo conocemos unos pocos factores ambientales relacionados con la aparición de la leucemia, que son:
Exposición a radiaciones ionizantes, que se producen tras la explosión de bombas atómicas.
Exposición a las radiaciones que se pueden escapar de las centrales nucleares.
Se ha detectado más incidencia en personas que manipulan algunos productos químicos como el benceno, si bien este factor no justifica en absoluto la totalidad de casos que se dan.
Existen algunas enfermedades congénitas o hereditarias que predisponen a cambios en el ADN de las células de la médula, y por tanto, aumentan el riesgo de desarrollar leucemia: Síndrome de Down, Fanconi, Noonan y otros.
Pruebas
Hay varias pruebas diferentes que se pueden usar para diagnosticar la leucemia. Un hemograma completo determina la cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre. También es posible determinar si las células tienen una apariencia anormal observando la sangre bajo un microscopio.
Se pueden tomar biopsias de tejido de la médula ósea o los ganglios linfáticos para buscar evidencia de leucemia. Estas pequeñas muestras pueden identificar el tipo de leucemia y su tasa de crecimiento. Las biopsias de otros órganos, como el hígado y el bazo, pueden mostrar si el cáncer se ha propagado.
Estudios por imagen
Los estudios por imagen más frecuentes determinados por el especialista son: rayos X, tomografía computarizada, resonancia magnética y ecografía.
Para el diagnóstico de la leucemia linfocítica aguda, es necesaria la realización de una biopsia del ganglio linfático, para ayudar a diagnosticar los linfomas, y una gammagrafía con galio y gammagrafía ósea, solo en el caso de que el paciente presente dolor en los huesos.
Cabe destacar que, cuando la leucemia aparece en la infancia, su diagnóstico precoz se complica, ya que sus primeros síntomas son parecidos a los de otras enfermedades típicas de la niñez. Estos síntomas son: cansancio, falta de apetito o fiebre intermitente. Debido a esta situación, los padres suelen culparse por la demora en el diagnóstico, cuando incluso para el médico resulta complicado reconocer esta situación en su primera etapa.
¿Cuál es el pronóstico de las leucemias?
Las leucemias han mejorado extraordinariamente su pronóstico en los últimos años tanto por el tratamiento médico como por el desarrollo del trasplante de médula ósea. Esto ha permitido que muchas leucemias se curen y que otras muchas puedan controlarse de por vida.
¿Cuál es el tratamiento de las leucemias?
El tratamiento de las leucemias consiste en la administración de quimioterapia, radioterapia y/o la realización de un trasplante de médula ósea, en función del tipo de leucemia, la edad del paciente y su situación clínica. Actualmente existen numerosos tratamientos nuevos (tratamientos biológicos) que se utilizan en tipos específicos de leucemia.
¿Qué es un trasplante de médula?
Al administrar al paciente dosis altas de quimio y/o radioterapia, inevitablemente, también se destruye la médula ósea, que es donde se asienta el tumor. Por eso, este trasplante consiste en sustituir las células madre de la sangre del enfermo por las de un donante sano.
Así, para evitar que el paciente muera por la falta de producción medular, se le administra la cantidad suficiente de células madre -que le proporciona un donante compatible- para poder repoblar su médula destruida. Estas células madre son transfundidas al enfermo por vía endovenosa, como en una transfusión sanguínea. A las 2 o 3 semanas, las células (médula) transfundidas empiezan a producir células normales en el enfermo.
Dado que el 80% de los pacientes no dispone de donante compatible en su familia, es necesario buscar un donante sano, voluntario y no emparentado. Para evitar el rechazo, la médula ósea donada debe ser compatible con la del paciente, y eso sólo ocurre en una persona entre 40.000; por eso es conveniente que seamos muchos los donantes voluntarios.
Salvar vidas es nuestro objetivo, contáctenos:
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